De tanto estar mi voz a vuestra lado
y a vuestro lado reposar mi sombra
y de mirar tan juntos en la muerte
el mismo cielo azul cada mañana,
tan íntimos andáis ya por mi sangre
y bajo mi memoria recibidos,
que no os llamaré hermanos en mi tierra:
sois más, pues que habitáis mi propio cuerpo.
Por él habéis andado y perseguido
esa gloria feliz que, ya lograda,
es libertad que nuestro amor domina.
Fuera también pisáis las mismas flores.
Y hoy nos separan: nuestra España
hermosa deja salir un río de nobleza
que otras veces fue sangre enardecida:
¡Ay!, ¿qué otra pena el tiempo depara?
Hoy la razón aleja en nuestra vida
lo que persigue el sueño generoso
y el sano pensamiento consigue;
pero quizás el sueño será alzado
y como el agua sube hasta la nube
que ambicionó por sus profundas cuevas,
escalando el dolor llama tras llama
el sueño será al fin razón del día
Entonces volveréis. Será un remanso
sobre Europa mi patria, y sus estrellas,
con la paz más ceñidas sobre el suelo,
alumbrarán las tumbas de los héroes.
Juntos aquí reposan, como juntos vivimos
los que aun la muerte tiene preparados
al duro sacrificio de la guerra.
Juntos habréis de estar con los que queden.
Que vuestro corazón lleve el paisaje
que tanto habéis mirado y defendido
y cada olivo en flor, cada granado
por vuestra causa viva y os espere.
Estáis en mí, conmigo y sois mi sangre
dentro del arca frágil de mi cuerpo,
pero cada español lo mismo dice
hoy que os ve desfilar junto a su mano.
Emilio Prados. En Homenaje de Despedida…
Emilio Prados nació en Málaga, 4 de marzo de 1899, en el seno de una familia acomodada. En 1914 obtuvo una plaza en el Grupo de Niños de la Residencia de Estudiantes de Madrid, lo que fue decisivo para su formación como poeta. En 1918 se incorporó al grupo universitario de la Residencia, la institución se convirtió en el foco de la Generación del 27 y Prados entabló amistad con Federico García Lorca, Luis Buñuel, Juan Vicens, José Bello y Salvador Dalí.
En 1921 empeoró de la enfermedad pulmonar que padecía desde su infancia, por lo que fue internado en el sanatorio de Davosplatz (Suiza). La convalecencia le sirvió pata descubrir los autores más sobresalientes de la literatura europea . En 1922 estudió filosofía en la universidades de Friburgo y Berlín; viajó por Alemania y llegó a París, donde tuvo la oportunidad de conocer a Picasso y a diversos pintores españoles.
En 1924 regresó a Málaga. Heredó de su padre la imprenta Sur que le permitiría llevar a cabo la revista Litoral, que fundó junto a Manuel Altolaguirre. LA revista se convirtió en aglutinador de las vanguardias.
El estallido de la guerra civil lo llevó a defender la causa republicana y a la defensa de Madrid donde leyó en la radio su conocido poema Ciudad Sitiada. Entró a formar parte de la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Fue parte de la organización del II Congreso Internacional de Escritores. En 1939 se instaló en Barcelona para encargarse, junto con Altolaguirre, de las Publicaciones del Ministerio de Instrucción Pública, pero la situación, con el fin de la guerra próximo, era ya insostenible, por lo que decidió marcharse a París y posteriormente hacia México, donde residiría hasta su muerte. En México escribió la mayor parte de su obra Trabajó además como un modesto maestro, al estilo de la Institución Libre de Enseñanza en el colegio Luis Vives. Murió el 24 de abril de 1962.