LE BLUES PARLÉ DU SYNDICAT

El pasado 5 de febrero, la Confédération Générale du Travail (C.G.T) y Force Ouvrière (F.O.), dos de los tres principales sindicatos de clase, convocaron una jornada de huelga general de 24 horas en todo el territorio francés. La huelga, volvió a movilizar a decenas de miles de “indignados” a todo lo largo y ancho del país en más de 160 manifestaciones. De nada ha servido la sucia campaña de descrédito contra los “insurrectos” propiciada por el gobierno desde los sucesos de noviembre, ni los intentos de boicot por parte de la mayoría de los “Medias” franceses, ni tampoco las sucesivas demostraciones de fuerza ejercidas desde el gabinete Macron que, como es sabido, nunca ha escatimado medios en lo tocante a exhibir músculo represor llenando las calles con cuanta policía fuese necesaria.

Pero quizás, lo más destacable de esta jornada ha sido que, por primera vez desde hacía mucho tiempo, la huelga general ha sido convocada de manera conjunta, tanto por los sindicatos obreros tradicionales como por un amplísimo espectro de organizaciones de base, bastante alejadas de las estructuras clásicas de partido. Y lo que aún es más sorprendente es que junto a formaciones tan heterodoxas como SolidairesFrance Insumise, Gilets Jaunes o Cortege de Tête, miles de manifestantes “no adscritos” y orgullosos de serlo, han llenado también las calles de todo el país en protesta contra las agresivas políticas ultraliberales de La République en Marche, que están provocando una galopante precarización de la clase trabajadora francesa.

Frases del tipo de: “Reparto, no represión”, “Contra la precariedad, por la solidaridad”, “Queremos vivir, no sobrevivir” o “Cuando siembras miseria recoges ira” han sido el leit motiv de pancartas y chalecos, pintadas y consignas. Porque, como han querido expresamente puntualizar desde algunas asambleas permanentes que se han creado al rebufo de las “jornadas de noviembre”, esta vez no se trata de una mera protesta puntual por la subida de impuestos o por el espectacular aumento de la carestía de vida, sino de algo más ambicioso. De un firme propósito de cambiar una realidad asfixiante.

Y para intentar dar a conocer de una forma más eficaz cuales son planteamientos de este movimiento transversal que, a pesar de los pesares, no logra frenarlo ni la represión sistemática, ni las “fake news”, ni tan siquiera el cansancio acumulado de cientos de miles de personas movilizadas casi permanentemente, se ha hecho un llamamiento a convocar una “Asamblea de asambleas” para coordinar la lucha, al tiempo que se ha dado a conocer un manifiesto, editado tanto en texto como en vídeo, en el que entre otras cosas se afirma que “es inaceptable que 26 multimillonarios posean tanta riqueza como la mitad de la humanidad”. Una hoja de ruta que cuenta entre sus principales reivindicaciones con la exigencia de “el aumento inmediato de los salarios, de las ayudas sociales, las pensiones y el derecho incondicional a la vivienda, la sanidad y la educación”, o la necesidad de adjudicar un salario al trabajo doméstico y de lograr una renta básica. Al mismo tiempo que se esfuerzan en reafirmar -contra todo lo que se ha dicho del movimiento- que, “no somos ni racistas, ni sexistas ni homófobos, sino que estamos orgullosos de estar juntos con nuestras diferencias para construir una sociedad solidaria”, para terminar haciendo una llamada a “la formación de comités en los puestos de trabajo desde los que se desarrolle una lucha obrera autónoma y no sectaria”.

Es realmente curioso que, precisamente cuando se cumplen 50 años del auge del “operaísmo”, conceptos otrora tan heterodoxos como la comunalización del trabajo, el municipalismo de base, o los comités autónomos de fábrica puedan volver a estar de actualidad y, además, a significar una alternativa organizativa válida para algunos de los más combativos sectores del ecléctico universo laboral europeo. (Y subrayo europeo, porque ya sabemos que, desde los tiempos de Fraga Iribarne -o incluso 200 o 300 años antes- “Spain is different”).

Quizás estemos viviendo un momento tan decisivo y crucial como aquel que sufrió en sus carnes Avis Everhad poco antes de que desapareciese a manos de los que fueron a buscarlo a su refugio clandestino y, mal que nos pese, estemos presenciando el comienzo de un triste final: “…Y toda esta agitación la pisoteaba el Talón de Hierro, caminando impasible hacia su fin, sacudiendo toda la urdimbre social, desbrozando a Mercenarios, castas obreras y servicios secretos para expulsar de allí a los camaradas, castigando sin odio y sin piedad, aceptando todas las represalias y llenando los claros tan pronto como se producían, en su línea de combate.” (Jack London. «El Talón de Hierro». 1923)

Quizás, muy al contrario, estemos, como algunos sugieren, contemplando los albores de un nuevo MAYO global; o, como afirmaba  Toni Negri hace pocas semanas, viviendo un convulso momento de crisis del neocapitalismo de consecuencias impredecibles, pero quizás favorables a los trabajadores: “El hecho de que el neoliberalismo –después de tantos himnos y elogios a la libertad– termine asumiendo una posición autoritaria significa que no puede seguir avanzando a menos que realice un acto de fuerza sobre las condiciones sociales para poder aplicar sus medidas. Está claro que este impulso autoritario que empieza a afirmarse de manera tan extendida en el ámbito global corresponde a una crisis en el desarrollo del neoliberalismo y esa crisis responde a su vez al fracaso de sus técnicas de invasión del mundo y de reestructuración del circuito de la producción y de la circulación de las mercancías.” (Antonio Negri. Entrevista para Ctxt. Enero 2019)

Sea como fuere, lo que es bastante evidente es que, dados los frenéticos ritmos políticos y económicos que estamos viviendo en este primer tercio del siglo XXI, lo que tenga que ser va a serlo muy pronto, casi ya. Por supuesto mucho antes de lo que nadie hubiésemos imaginado.

 

LE BLUES PARLÉ DU SYNDICAT

J’ vais vous dire, les gars, ce qu’il faut faire
Pour faire augmenter vos salaires.
D’abord parler avec les potes
Et faire une section syndicale.
Tous solidaires, ce sera pas long
Pour faire la nique au patron

Moins d’heures de boulot.
Meilleures conditions d’ travail.
Les congés payés.
Les gosses au bord d’ la mer.

Ça semble simple mais ça l’est pas
Et je vais vous expliquer mieux qu’ ça
Pourquoi faut rejoindre le syndicat.
Car si vous croyez qu’ le patron
Va de lui-même vous augmenter
Vous serez là au jugement dernier.

On sera tous morts et enterrés.
Au paradis, bien sûr.
Et Saint Pierre sera un bon patron
Pardi

Vous savez bien qu’ vous êtes exploités
Mais le patron, il dit que non.
Il force les cadences à t’en faire crever
Tu peux être viré mais t’ laisse pas faire.
Faut tous signer une pétition
Et organiser un meeting.

Discutez, donnez votre avis,
Décidez, faites quelque chose.

L’ patron futé comme un bison.
Trouvera toujours le con d’ service
Qu’il enverra dans votre meeting
Pour moucharder et provoquer.
Faudra tout d’ suite dire au débile
Que le jaune lui va pas au teint.

«Arrête de faire la mouche
T’auras pas d’histoire».
Et le mec aveugle retrouvera la vue.

Maintenant, vot’ section est créée.
Vous tenez votre première reunión.
Choisissez bien quelques copains
Pour composer votre bureau.
L’ patron qu’est sourd quand un seul geint
Entend très bien le syndicat.

Il est beau joueur, hein.
Hé, il est tout seul.
Allez, les gars
On va l’trouver.

Mettons qu’ vot’ boulot soit l’enfer
Avec un salaire de misère.
Le patron se met à gueuler:
«Feignant, pas de rallonge, enfoirés!»
Mais regardant par la fenêtre
Il voit des milliers d’gars unis.

«Salaud, affameur
Négrier !
Il bat sa femme
On peut le parier»

Les gars, l’ plus dur y reste à faire.
Tout sera bon pour vous foutre en l’air.
La police, la garde nationale
C’est un crime une carte syndicale.
Vos meetings seront perturbés
On matraquera tout ce qui bouge.

«Sale bande de rouges,
Anti-Américains,
Espions japonais,
Saboteurs de la défense nationale!»

Mais chez Ford, ce qu’ils ont compris,
Et chez Renault, ce qu’ils ont compris,
Et chez Lip, ce qu’ils ont compris,
Et chez Rhodiaceta aussi.
Au joint français, c’ qu’ils ont compris,
Un peu partout, c’ qu’on a compris.

Si on s’ laisse pas faire par les fachos,
Si on s’ laisse pas faire par les provocateurs,
Si on s’ laisse pas faire par les milices,
Si on s’ laisse pas faire par les jaunes,
Par les flics, par le gouvernement,
Si on s’ laisse pas baiser par les patrons.
Eh bien, les gars
On gagnera.

Enfin, ce que je vous en dis…
Prenez-le comme vous voulez
Mais faites-le!

Letra y música: Almanac Singers, 1941.
Adaptación al francés: François Béranger, 1978.

 

EL BLUES HABLADO DEL SINDICATO

Voy a contaros, chicos, lo que hay que hacer
Para que os suban el sueldo.
Primero hay que hablar con los colegas
Y hacer una sección sindical.
Todos solidarios, no tardaremos mucho
En joder al jefe

Menos horas de trabajo
Mejores condiciones de curro
Vacaciones pagadas
Los chiquillos en la playa.

Parece fácil, pero no lo es.
Y voy a explicaros mejor
Por qué hay que afiliarse al sindicato.
Porque si crees que el jefe
Va a subirte el sueldo porque sí
Tendrás que esperarte al juicio final

Todos estaremos muertos y enterrados
En el cielo, por supuesto.
Y San Pedro será un buen patrón.
Claro que sí.

Sabes muy bien que estás siendo explotado
Pero el jefe dice que no.
Está forzando los ritmos hasta que no puedas más
Puedes ser despedido, pero no dejes que eso pase.
Tenemos todos que firmar una petición
Y organizar una reunión.

Discutid, dad vuestra opinión
Decidid, haced algo al respecto

El jefe es tan listo como un búfalo.
Siempre encontrará al gilipollas de turno
Que mandará a la reunión
Para delatar y para provocar.
Tendrás cuanto antes que decirle a ese imbécil
Que el amarillo no le va nada a su cara.

«Deja de hacer de mosca cojonera
No te va a servir de nada»
Y el chaval ciego recuperará la vista

Ahora, vuestra sección está creada.
Podéis celebrar la primera reunión.
Elegid con cuidado a algunos compañeros
Para formar el comité.
El jefe que es sordo cuando sólo hay lloriqueos
Planta las orejas cuando habla el sindicato

Da gusto así, ¿eh?
Está completamente solo.
Vamos, muchachos, vamos.
Vamos a por él.

Decidle que vuestro trabajo es un infierno
Con un salario miserable.
El jefe empezará a gritar
«¡Perezosos, haraganes, hijos de puta!»
Pero cuando mire por la ventana
Verá a miles de tíos unidos

«Bastardo, explotador
¡Negrero!»
Seguro que pega a su esposa.
Se le ve en la cara…

Chicos, la parte más difícil aún está por hacer
Todo valdrá para buscaros la ruina.
La policía, la Guardia Nacional
El carnet sindical será ilegal
Boicotearán vuestras reuniones
Aporrearán a todo lo que se mueva.

«¡Sucia pandilla de rojos,
Antiamericanos,
Espías japoneses,
Saboteadores de la defensa nacional!»

Pero en la Ford, lo entendieron
Y en Renault lo entendieron
Y en la Lip lo entendieron
Y en Rhodiaceta también
Los franceses lo entendieron
En todas partes lo hemos entendido.

Si no permitimos que los fachas nos agredan
Si no respondemos a los provocadores
Si no dejamos que los militares nos asusten.
Si no dejamos que los esquiroles nos manipulen,
ni la policía, ni el gobierno,
Si no dejamos que los patrones nos jodan…
Les ganaremos, chavales

En fin, qué queréis que os diga……
Hacedlo como mejor sepáis,
¡Pero hacedlo!

Traducción libre: Liova37

«La única solución es el reparto de la riqueza». Pintada en el chaleco de un manifestante de Commercy, 17/11/2018.

Anuncio publicitario
Esta entrada fue publicada en Musikaz blai y etiquetada , , , , , , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.